Lubricantes para bicicletas eléctricas
Una bicicleta eléctrica es una bicicleta a la que se le ha acoplado un motor eléctrico para ayudar en el avance de la misma. La energía es suministrada por una batería que se recarga en la red eléctrica o panel solar. Su autonomía suele oscilar entre los 30 y los 60 km. Son los vehículos eléctricos más asequibles. Están bastante en uso, destacando por ser un transporte eficiente, por su bajo costo de mantenimiento y su facilidad de uso.
El uso de la bicicleta eléctrica es sencillo. Con una llave se acciona el motor, cuya potencia legal oscila entre 250 y 350 vatios, y basta con pedalear para mantenerlo en funcionamiento. En caso contrario se detendrá. El usuario es quien decide la forma en que lleva la bicicleta, porque puede realizar un paseo tranquilo mientras el motor le lleva hasta los 25 km/h o avanzar más rápido si decide pedalear con más cadencia. La ayuda que brinda el motor al ciclista recibe el nombre de pedaleo asistido. Estos vehículos, que pueden tener el aspecto de una bicicleta de paseo o de montaña, cuentan con un sistema de cambios de desarrollo, mediante el que se puede seleccionar la distancia que se recorrerá en cada pedaleada, de forma idéntica a la de las bicicletas tradicionales.
Las bicicletas eléctricas están formadas por un bastidor modificado u original con pedales, pero incluyendo un motor eléctrico, habitualmente motor trasero, un motor central o con una correa de distribución conectada a la rueda trasera. Permiten al ciclista tanto pedalear como liberar la energía de la batería y del sistema de conducción motorizado.
Las bicicletas eléctricas imponen mayores exigencias a sus transmisiones que las bicicletas estándar, debido a las mayores cargas de par y potencia de salida, lo que significa que las cadenas de estas bicicletas electrónicas experimentan mayores índices de desgaste.
Aclarar y comentar que las bicicletas eléctricas, debido a los tirones y el gran empuje (vatios) de su motor sumado a nuestra potentísima fuerza al pedalear, somete a toda la transmisión (cadena, piñones plato y cambio), a unas tensiones superiores a las de una bicicleta convencional.
Y entonces, pues necesitamos usar un aceite específico para bicicletas eléctricas. Si no lo hacemos, corremos el riesgo de que no funcione correctamente nuestra bicicleta. Las cadenas de bicicletas eléctricas están expuestas a mayores cargas de torque y potencia.
Un lubricante húmedo ligero con aditivos únicos de extrema presión para garantizar que el lubricante permanezca dentro del desgaste prematuro y proteja contra el óxido y la corrosión.
Uno de estos factores es el de lubricar la cadena de transmisión, algo que parece simple pero mucha gente no lo hace, ocasionando un desgaste acelerado en las piezas de la bicicleta.
La cera lubricante utiliza la misma tecnología de emulsión de cera/agua biodegradable de los lubricantes para cadenas. Las diferencias más destacadas es que es un poco más resbaladiza, resiste un mayor coeficiente de fricción y dura más tiempo en condiciones de conducción sobre suelo mojado.
¿Por qué necesitas un lubricante de cadenas para bicicleta?
La cadena de la bicicleta es un elemento simple pero que sin él simplemente no podríamos movernos, esta transmite el movimiento desde el pedalear hasta la rueda trasera y como toda pieza mecánica está sujeta a desgaste.
La cadena al ser fabricada de materiales metálicos y a su vez rozar junto a los engranes, se desgasta y se estira, y una manera de controlar el desgaste y evitar que dañe los engranajes de la transmisión es el lubricar la cadena con un aceite especial.
Los motivos para lubricar periódicamente la cadena son:
Para extender la vida útil de la cadena:
La cadena al rozar con los engranajes se calienta y el movimiento genera un desgaste de las piezas.
Al lubricar la cadena esta tendrá una película protectora que disminuirá el roce de las piezas ocasionando un rodaje más suave y un desgaste menor de las piezas.
Para proteger contra condiciones ambientales agresivas:
Cuando montamos bicicleta no nos damos cuenta que la cadena de la bicicleta está mucho más cerca del suelo de lo que creemos, y aunque no lo veamos esta va recogiendo polvo y suciedad, estas partículas si no se limpian son como un papel de lija metido en la cadena acelerando aún más el desgaste.
El aceite ayuda a encapsular estas partículas y a evitar su roce con las piezas de la transmisión, así como también protege a la cadena de la corrosión y de ambientes extremos de calor o de frío.
Para reducir el ruido de la cadena cuando montas bicicleta:
Como toda pieza mecánica sometida a movimiento, cuando utilizamos una bicicleta esta tiene un sonido característico, siendo el sonido de la cadena el más fuerte que escuchamos al pedalear. Y es que, al chocar metal con metal, la cadena junto a los engranajes produce un sonido chirriante. Al lubricar la cadena con un aceite especial, las piezas estarán siempre húmedas haciendo del movimiento algo fluido y sin roces, si no lubricamos correctamente la cadena este ruido será mucho mayor haciendo de nuestro rodaje algo molesto, generando incomodidad.
Economizar poder en las bicicletas eléctricas:
Si no lubricas correctamente la cadena de tu bicicleta, el coeficiente de roce aumentará considerablemente, haciendo que haga falta más fuerza para poder impulsar la bicicleta a las mismas velocidades. Este fenómeno es particularmente más fuerte en bicicletas eléctricas, sentirás que la bicicleta no alcanza su velocidad final tan rápido y también veras una disminución en la duración de la batería, y es que al tener la cadena sucia o sin lubricación podemos tener pérdidas que van desde los 10 a los 20 watts.
Prevención de la corrosión:
Las cadenas como toda pieza metálica están sujeta a sufrir corrosión y óxido, estos elementos afectan negativamente a la bicicleta, pudiendo incluso hacerla partir. La única forma que tenemos contra el óxido y la corrosión es una correcta lubricación, al lubricar correctamente la cadena esta no creará óxido y también repelerá el agua y la humedad que pudiera llegar a atrapar cuando salimos a montar bicicleta, extendiendo la vida útil tanto de la cadena, así como también de todas las piezas de la transmisión.
Factores a considerar cuando compras un lubricante para cadenas de bicicleta:
Al igual que todo elemento que compramos para nuestra bicicleta, el comprar un lubricante para cadenas no es algo que debamos tomar a la ligera, es necesario conocer algunos términos básicos y algunos factores fundamentales para poder elegir la opción más adecuada. Ya que una mala elección puede causar un desgaste acelerado en las piezas de la transmisión e incluso una falla al momento de rodar, por lo tanto, veamos algunos de los factores que debemos tener en cuenta al escoger un lubricante para nuestra cadena.
Punto de ebullición y de congelamiento.
La transmisión de una bicicleta, al momento de rodar tanto los engranes como la transmisión tienden a calentarse, y una característica de los fluidos es que cuando se calientan pierden viscosidad, si el lubricante pierde viscosidad perderá consigo las propiedades lubricantes que ayudan a proteger las piezas, por lo tanto, hay que buscar un lubricante que funcione en el clima donde vayamos a estar y que tenga buena resistencia tanto al calor como al frio.
Demulsibilidad.
La demulsibilidad es la capacidad que tiene un aceite de liberar el agua atrapada en él, cuando mojamos la cadena de la bicicleta, el aceite tiende a ser como una esponja y a absorber un poco de agua. Si el lubricante no es capaz de liberar esta agua atrapada, al rodar en la bicicleta o al mover la transmisión la cadena puede hacer espuma, esta espuma es muy perjudicial para la cadena ya que acelera su desgaste.
Viscosidad de Aceite.
Todo fluido tiene esta característica, y se define como la resistencia del líquido a fluir, o en otras palabras que tan espeso es el aceite. Dependiendo de donde vayas a rodar puedes elegir entre aceites espesos o aceites más ligeros.
En el caso que estés practicando ciclismo en un ambiente con barro o muy húmedo te hará falta un tipo de aceite más espeso para evitar que la humedad penetre en la cadena.
Si por el contrario te encuentras en un ambiente muy polvoriento deberás escoger un aceite más ligero para que el polvo no se pegue tanto a la cadena.
Estabilidad térmica.
Las altas o bajas temperaturas ambientales pueden afectar las propiedades lubricantes del aceite, al punto que, si estamos en condiciones ambientales muy extremas, si utilizamos un aceite de mala calidad este no hará más que desgastar nuestra cadena más rápidamente, ya que pueden hacer al aceite más o menos viscoso. Por lo tanto, debes buscar un lubricante que se adapte al clima de tu región y que te provea de una buena estabilidad térmica.
Estabilidad hidráulica.
Aceite-y-agua
El cómo se comporta un aceite cuando está en contacto con el agua se conoce como estabilidad hidráulica, muchas veces cuando salimos a montar bicicleta tenemos que atravesar charcos o sitios con agua. Esta agua puede entrar en contacto con la cadena de la transmisión, y si el aceite no cuenta con una buena estabilidad hidráulica este puede caer de la cadena y así perdemos capacidad de lubricación, por lo tanto, hay que buscar un aceite que a pesar del contacto con el agua no se mueva de la cadena.
¿Qué tan seguido debo lubricar la cadena de mi bicicleta?
La frecuencia de lubricación de una cadena de bicicleta no tiene un número fijo, esta va a depender de varios factores siendo los más importantes que tanto usas la bicicleta, que tipo de lubricante has utilizado y en qué condiciones ambientales ruedas normalmente. Ya que no es lo mismo alguien que ruede en ciudad a alguien que vaya a la montaña un día lluvioso. Si eres un ciclista promedio se recomienda que limpies y lubriques la cadena por lo menos una vez al mes.
Tipos de lubricantes para bicicletas eléctricas:
Lubricantes húmedos y lubricantes secos.
A la hora de escoger un lubricante para la cadena de la bicicleta normalmente los podemos dividir en dos tipos de lubricantes, en húmedos y secos. Usualmente pensamos que los lubricantes secos son aquellos que usamos en climas secos y los húmedos en climas húmedos, pero esto no es 100% correcto, por lo tanto, vamos a ver en más detalle cuales son las características que definen a cada uno de ellos.
Lubricantes secos:
Los lubricantes secos se aplican como una pasta en seco y luego pasan a formar una película protectora en los elementos de la transmisión, por lo que podemos tener lubricantes secos para ambientes húmedos sin ningún problema. No debemos confundir lubricantes secos con ambientes secos o clima seco.
Lubricantes húmedos:
Los lubricantes húmedos por el contrario se aplican como un líquido y permanecen como liquido en la cadena de la bicicleta, estos normalmente empiezan con una viscosidad bastante baja, sin embargo, conforme pasa el tiempo, si no se cambia tienden a acumular una especie de hollín negro y se forma como una pasta. Esta pasta es acero de la cadena mezclado con suciedad y aceite.
Lubricantes cerámicos:
En la mitad de ambas categorías podemos encontrar a los lubricantes cerámicos, estos se aplican como un líquido y después se endurecen dependiendo de la temperatura del ambiente, por lo que son una mejor alternativa a los típicos lubricantes a base de aceite, esta clase de lubricante requiere menor mantenimiento, así como también tienden a ser un poco más costosos.
En Lubricantes Industriales somos especialistas en ventas a nivel nacional en Chile, de lubricantes para bicicletas eléctricas. Puedes ponerte en contacto con nosotros y uno de nuestros asesores te atenderá, a través de nuestro número telefónico o en nuestra dirección de correo electrónico.